Por: Davier Montes – Columnista de opinión
Por si usted es de los que habita el corregimiento, pero poco se entera de lo que pasa en la esfera política, déjeme recordarle que el pasado 29 de octubre en las votaciones regionales, no solo se escogía el futuro político de la ciudad (ahora Distrito especial) y el Departamento, sino también, la máxima representación política de San Cristóbal llamada la JAL: Junta Administradora Local.
De muchas formas se puede leer el resultado político, entre ellas, es el evidente arraigo y apoyo hacia los partidos de derecha que representan la forma tradicional de la política en Colombia, por otro lado, tenemos la gran derrota de los partidos que son afines al Gobierno nacional, o en otras palabras la izquierda contemporánea del país, que mucho le queda por trabajar para recoger la confianza del electorado y fortalecerse políticamente. Es así, como el corregimiento de San Cristóbal un poco taciturno e ingenuo, pero también, diligente y berraco, será dirigido por estas siete personas:
Antes de pasar el radar por los siete nuevos integrantes de la JAL, he aquí un balance de los comicios pasados: En San Cristóbal tenemos 132 mesas para recibir 45.057 ciudadanos habilitados para votar. Pero según datos de la registraduría nacional, respecto a los resultados de la JAL se contaron 21.443 tarjetones en las urnas, representando el 47.59% de participación del electorado. Es decir, ni la mitad de las personas habilitadas para votar ejercieron su derecho al voto con el tarjetón de la JAL; este fenómeno se puede entender por el abstencionismo (falta de participación en las elecciones), o por el contrario, simplemente no solicitaron el tarjetón de la JAL. Sin embargo, de esos que votamos se registra que 18.264 fueron votos válidos, 2.274 no marcaron el tarjetón de la JAL (pero lo ingresaron en la urna), y 905 se registraron como votos nulos, o en otras palabras tarjetones mal marcados. Ahora bien, de los votos válidos tenemos que, 14.423 fueron para los candidatos y 3.841 para el voto en blanco representando un 21% de los resultados.
Teniendo esta antesala, les presento los protagonistas de la nuestra columna. Empecemos por los nuevos rostros que ingresan a la JAL: Jeyson Arley Moreno, se puede decir que hace parte del fenómeno registrado en el país de personas que, teniendo muy buen dominio de las redes sociales combinado con un discurso de denuncia social y activismo, recoge la indignación generalizada de una comunidad identificada en sus causas. Sin embargo, en el transcurso de los años ha pasado de las redes sociales a los escenarios de participación como el Consejo corregimental de planeación (CCP), representando el sector deporte; aunque, menciona que en la JAL trabajará en todos los ejes del corregimiento que tienen problemáticas, lo cual promete hacer con gestión, ya que actuará con sinergia con el nuevo gobierno distrital. Lamentablemente entra sin concejal de su partido Conservador, lo que puede significar un obstáculo (u oportunidad), para sacar adelante sus propuestas, pues menciona que la ciudad y el corregimiento se encuentran en deterioro. Admite haber sido un fuerte crítico de la JAL, pero ahora se enfrentará a lo que tanto criticaba: un escenario político lleno de la burocracia, en donde todo parece ser solucionado por la voluntad política de quien tenga el poder en sus manos.
Una de las sorpresas y tendencias de estas elecciones fue la participación de las mujeres, esas que deciden no solo tener las riendas del hogar, sino también de los escenarios políticos en los que históricamente han sido relevadas. Les hablo de Claudia Bedoya, una ama de casa respaldada por el partido Creemos. Su principal desafío es el aprendizaje rápido para aprovechar al máximo esta oportunidad de oro que la vida le entrega en las manos, pues cuenta con concejal, alcalde y diputado, todo un equipo político fuerte, del cual, lo menos que se espera, es el apoyo a iniciativas que desde el liderazgo de la JAL puedan impactar al corregimiento de forma significativa. Fue apoyada principalmente por electorado cristiano, de quienes espera ser una digna representante, y con ella, renace una fuerza política, que se resiste a abandonar su alfil en el tablero del gobierno local. Algo a resaltar, es que se le nota entusiasta y abierta al aprendizaje para trabajar de la mejor manera en esta posición política, de la cual dice, fue Dios quien la designa y a quien le agradece.
Por otro lado, y de la misma corriente política de Creemos tenemos al señor Iván Marín, quien, gracias al apoyo de familia, amigos y sus deportistas, pasa de entrenar niños y adolescentes en las canchas, a la apetecida oficina de la JAL. Escenario donde menciona que trabajará con honradez y voluntad por las necesidades de San Cristóbal; sobre todo, porque confía en su partido de gobierno, y cuenta con el apoyo de la concejala Paulina Suarez. Aunque Iván solo ha vivido ocho años en San Cristóbal y su incidencia de liderazgo se limita a la zona de Nuevo Occidente por la dirección del equipo de futbol, reconoce que uno de los retos a enfrentar es el poco reconocimiento que tienen la JAL en el territorio, y por ello, procurará hacer una concientización a la comunidad, para que no se hagan grandes expectativas.
Continuamos con los ediles que repiten periodo e iniciamos con la icónica Ruth Estela Ospina, una líder de quien se puede decir es de “odios y amores”; pues, aunque haya sido edil por más de 20 años, aun insiste en hacer parte del corporado. Fenómeno que algunos aplauden por su riguroso desempeño e incansable disciplina; pero que otros cuestionan, entre otras cosas, porque obstaculiza el cupo a nuevos liderazgos. Sea cual sea la opinión sobre Ruth es indiscutible el apoyo de líderes y comunidad a su estilo político, pues la mantienen en la cima de la más votada en San Cristóbal. Se declara sin jefes políticos y apoyada principalmente por Dios. Ella espera darles continuidad a proyectos que en el transcurso de 20 años se han planteado, pero no concluido; aunque también, se encuentra en la dicotomía de no contar con el apoyo directo de partido de gobierno, ya que ningún candidato de su equipo político Conservador saboreó la victoria, sin embargo, mantienen las esperanzas y la disposición de trabajar conjuntamente con la administración actual.
Por otro lado, tenemos a Gabriel Jaime Sierra por el partido Creemos, quien repite mandato, pues fue edil en el periodo 2016-2019. Oriundo de San Cristóbal y campesino de vocación y profesión, ha vivido toda la vida en la vereda la Ilusión y regresa con gran expectativa, ya que cuenta con muy buen apoyo electoral, y además, con concejal, diputado, alcalde y gobernador electos. Aunque esto no es garantía para una gestión de impacto, bien manejado es una gran oportunidad que poco se ve en la política. En esta ocasión regresa con experiencia y entusiasmo para sacar adelante grandes proyectos porque según él “el corregimiento está muy abandonado”.
Por último, tenemos a Cecilia Alvarez “la profe” habitante en la centralidad del corregimiento, también conocida por sus largos años como profesora y por ser hija de “Don Conrrado” uno de los jeques políticos de San Cristóbal de corte altamente conservador. En este nuevo periodo pasa de ser oposición a ser partido de gobierno con el Centro Democrático. Cecilia no escatima en mostrar su optimismo por el nuevo alcalde, pues menciona que esta vez, sí le pondrán los ojos al corregimiento para sacarlo del atraso en que nos encontramos. De ahí que su talento y vocación de maestra, debe trascender de los espacios locales de participación a los espacios municipales-políticos-decisorios para enseñar, demostrar, evidenciar y llamar la atención de los administradores del recurso público, con el fin de que la inversión en el corregimiento se haga manifiesta; por ejemplo, en el arreglo de la antigua vía al mar, en lo cual, ella puntualiza. ¿Lo logrará?, espero que sí, pues cuenta con todo un equipo político en el poder.
Ahí los tenemos, los 6 ediles que serán la voz de un corregimiento que puso su confianza en ellos y espera una gestión a la altura de los retos que atraviesa. En general percibo un espíritu optimista y pro gobierno, aunque es una JAL dispareja en varios sentidos, tiene los pesos necesarios para mantener un perfecto equilibrio desde el trabajo en equipo, la gestión política y la presencia en su territorio desde sus diversas dimensiones sociales. Por ello, el respeto y reconocimiento al corporado debe ser bidireccional, es un asunto sociopolítico con respaldo constitucional, que cada uno de los ediles deben encarar con el mayor compromiso y pasión que tengan, pues la vida y el pueblo les otorga una oportunidad, aunque efímera, no debe ser tomada en poco, por más que así, se los hagan ver en los escenarios que van a enfrentar.