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Opinión | San Cristóbal: El Anhelo de un Parque Restaurado

Por: Julian Gómez Perez
Columnista, estudiante y activista


San Cristóbal ha sido mi hogar, el espacio que habitó, el territorio que respeto y con el que
me siento en resonancia positiva. Hace un par de décadas, mi familia vivía en otro barrio de
Medellín. Trágicamente, uno de los hermanos de mi mamá sufrió un accidente que le costó
la vida. Esto obligó a mi abuelo a poner en venta lo único que tenía: sus dos casas, una en
Santo Domingo y otra en San Cristóbal. Dejó al destino decidir cuál se vendería, y rápidamente compraron la casa en la que vivían en ese momento, lo que nos llevó a trasladarnos a San Cristóbal. Este suceso generó dolor y desapego por la pérdida de un ser querido y del hogar, pero gracias a él soy habitante de este corregimiento, en el que guardo gratos recuerdos.


Uno de esos recuerdos es estar en el parque de San Cristóbal con mi primo y amigos, jugando y corriendo por todo el parque, sintiendo la libertad y felicidad de los sábados y domingos. Estos momentos también estuvieron marcados por las actividades que el INDER realizaba cada 8 días con niños y niñas, convirtiéndose sin duda en un gran espacio de esparcimiento. En aquel entonces, no estaba muy interesado en cuestionar la suspensión de estas actividades, por lo que hoy desconozco el motivo.


El parque, sin duda, es un espacio que une al corregimiento. Es el lugar donde se reúne la
muchachada de los colegios, donde esperamos el bus, disfrutamos de un tinto, conversamos con la señora de los jugos que conoce a mi mamá desde hace años, un punto de encuentro para esperar el taxi después de hacer las compras. Es un paso obligado para quienes transitan el puente colgante y es testigo de innumerables momentos vividos por residentes y visitantes.


A pesar de la importancia del parque principal de San Cristóbal, lamentablemente está
afectado por varias circunstancias ambientales, de infraestructura y culturales, lo que lo hace un espacio poco agradable para habitar en la actualidad. El parque se encuentra sucio debido a un fenómeno migratorio de aves, particularmente una sobrepoblación de ibis negras, cuyas heces afectan el Monumento del Arriero y la superficie del parque en general. Aunque desde la JAL se han realizado gestiones para visibilizar esta problemática, el único resultado ha sido el lavado del parque, una medida a corto plazo que no aborda la raíz del problema, que debería ser el control y atención integral de esta población de aves. Además, la estructura del parque presenta huecos, desniveles y bancas en mal estado debido al descuido de la institucionalidad, que no otorga la prioridad que el parque merece.
Lamentablemente, la cultura ciudadana empeora la situación, ya que no se disponen
correctamente los residuos y no se cuida el mobiliario público.


San Cristóbal y sus habitantes, tanto residentes como visitantes, merecemos un parque digno y limpio, sin riesgos por los huecos, que no se convierta en una piscina cada vez que llueve, un espacio que no sea un lodazal para los vendedores, un parque en el que los niños y niñas puedan seguir corriendo y disfrutando, transitable y donde se pueda reunir para tomar algo en un ambiente agradable.


“SAN CRISTÓBAL MERECE Y EXIGE UN PARQUE EN ÓPTIMAS Y DIGNAS
CONDICIONES.”

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