La granja de San Cristóbal, habilitada por la Alcaldía de Medellín para rescatar los alimentos autóctonos de la región, ha logrado preservar y multiplicar en menos de un año 30 semillas nativas y criollas, con lo que se han beneficiado 160 familias y 10 instituciones que poseen huertas.
Esta tiene 3.000 metros cuadrados y allí se construyó un banco de semillas de fríjol, arveja, habichuela, maíz, cilantro, papas nativas, tomate cherry, chonto y perla; además de ahuyama, pepino, pimentón y ají, entre otros alimentos.
Estas semillas son entregadas a las familias e instituciones beneficiarias para que las siembren en sus huertas, por lo cual también se les brinda asistencia técnica, insumos para el proceso agrícola y espacios de socialización de experiencias.
Asimismo, se han entregado 2.000 plántulas de zanahoria, pepino, cilantro, remolacha, acelga, rábano, lechuga, tomate, albahaca, mostaza, zucchini, ají, pimentón y plantas aromáticas y medicinales.
Se proyecta que este año sean 200 familias y 20 instituciones vinculadas a esta estrategia, la cual permite una producción local sostenible y contribuye con la seguridad alimentaria de las comunas y los corregimientos de la ciudad. Esta iniciativa forma parte del proyecto Mejoramiento de Sistemas Agroalimentarios, del Equipo de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos.
El objetivo de estas acciones es proteger la cultura gastronómica de la región, a través del uso frecuente de los alimentos autóctonos. Además, estas semillas son más amigables con los suelos, necesitan menos nutrientes y resisten más a las plagas, lo que genera una mayor rentabilidad para los productores y beneficia al medioambiente.
“A mí, desde la Alcaldía, me han traído fríjol cargamanto, blanquillo, semillas de repollo, zanahoria, cilantro y tomate; y me han explicado el manejo de la tierra y cómo hacer las preparaciones”, expresó Aura Suárez, quien participa en la estrategia.
Esta iniciativa está dirigida a familias rurales y urbanas, Juntas de Acción Comunal, Juntas Administradoras Locales y/o asociaciones de los corregimientos y comunas de Medellín que deseen implementar una huerta productiva.
Los beneficiarios son hogares en condiciones de pobreza o pobreza extrema; mujeres cabeza de hogar; jóvenes en riesgo social; personas mayores; personas en situación de discapacidad; víctimas de desplazamiento; familias en riesgo de inseguridad alimentaria; grupos étnicos en condición de vulnerabilidad; familias con Sisbén en categoría A, B y C y hogares del campo con vocación agrícola.